Pewenche, gente del pewen, seres de la cordillera, de las alturas privilegiadas, trayectos que recogen historias, frutos de árboles milenarios que conservan los secretos culinarios de un pasado que vuelve constantemente en el soplo del viento, único en experiencia.  El abrigo de la cordillera, un abrigo nevado que inunda la imaginación del sabor cálido del plato cordillerano, del sabor de la tierra en su ambiente, en sus colores, formas y fuerzas que se desprenden en el sonido de las cascadas. Mapunche, identidad definida por el Kütxal Pillan o Ruka Pillan/casa de los espíritus (en referencia al volcán Villarrica) que desde el Kuifi Kimün/sabiduría ancestral este es la folil Mapu/raíz de vida, y de aquí se desprende toda unas características físicas y espirituales determinadas por el zeñin/cordillera y el volcán para este lof mapu/territorio,  que confluyen las características de todo el Wallmapu, es decir con todas las manifestaciones del Itxofill Mognen/biodiversidad, que expresa en nuestra gastronomía, que en los inviernos más duros fue amable y permitió que nuestro pueblo pewenche/mapunche fuera poderoso en el tiempo y en el espacio, son los sentimientos que emanan y se esparcen por todo el wallmapu. 

Millokin

El pueblo pewenche siempre fue un pueblo viajero, de viajes largos entre Chile y Argentina, acompañado de pocos implementos. Y los millokin eran parte del rokin (comida para el viaje), que consistían en cocción de verduras que se prensaba en forma de bolita para que no ocupara espacio, y cada bolita era el alimento para cada día de viaje, que al hervir al agua o caldo se convertía en una porción de comida para reponerse en el camino y es así que nace esta preparación. Además estas bolitas de millokin, al consumirse uno por día, ayudan a contar el total de los días que permanecían de viaje.

Quien presenta la receta: Ana Quiñenao, Lemun Antu, Pucón.

Ingredientes: Habas, arvejas, Mürke/harina tostada, michuñes, manteca de cerdo, ají de color y merkén ahumado.

Cordero con salsa de avellanas, kinwa y tallos de kila

Antiguamente el mapuche era un ser cazador, habilidad que nace en sus viaje. Su respeto se refleja en los rituales que realiza antes de alimentarse del cordero (animal introducido) y su sabiduría recae en reflejarse en los grandes animales de la naturaleza. La kinwa/quinua hija de kiwicha, es un ingrediente presente en la alimentación mapuche antes de la llegada del trigo con la invasión española. De acuerdo a los que relatan las ñañas, como estrategia de guerra los colonos cortaban las plantaciones de este súper alimento, pero las zomo/mujeres y machi (autoridad tradicional, sanadoras del cuerpo y del espíritu) guardaban las semillas en sus trenzas, para proteger y poder seguir dando alimentación; Las huertas pasan a ser lugares secretos dentro de los lof, para su resguardo. Aunque con el tempo el trigo se posiciona en el territorio por su gran adaptación y productividad en la agricultura.

Los piñones y brotes de kila son ingredientes de recolección también presente en el territorio y ocupados como alimentos por nuestros ancestros.

Quien presenta la receta: Maria Eugenia Catril, Rume Kimey, Pucón.

Ingredientes: Cordero, avellanas tostadas, kinwa de colores, merkén ahumado, cilantro, tallos de kila y piñones.

Costillar de Jabalí ahumado con salsa de lleuque y papas michuñe con mote

El jabalí se ha incorporado a la gastronomía mapuche por ser un animal introducido muy dañino para los ecosistemas naturales. El lleuque (uva de montaña) es un fruto endémico que se recolecta en la cordillera, las papas michuñes es una papa nativa mapuche, de color purpura,  con mote es una inspiración de la cocina ancestral, es una receta sencilla que sostenía a las familias mapuche en tiempo de escasez.

Quien presenta la receta: Shirley Garrido, Pica Campesina, Pucón.

Ingredientes: Costillar de jabalí ahumado, frutos de lleuque, trigo mote, papas michuñes, chalota parte verde, manteca de cerdo, ají color y merken ahumado.

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