Territorio Pewenche/Mapuche

Alrededor del kutral (fuego central de la ruka) la ñaña danza pisando el trigo en una batea. Realiza su ceremonia secreta, pidiendo protección para su Ñuke mapu/madre tierra.

Lleva el trigo al exterior y con el llepu (balay plano) ocupando el viento como aliado, saca los restos de cascarillas. Venteaba el trigo conectándolo con el aire, mirando al Ruca Pillan (volcán Villarrica) que esta encendido y más activo por estos días, no hay que temerle dice “hay que inquietarse cuando él no respira”.

Coloca el trigo en una challa (olleta de fierro) conectándolo con el agua que ella misma tanto defiende. Le agrega ceniza de árboles nativos y se lo presenta al fuego central de su ruka, trabajan juntas con su gñen ruka para poder limpiarlo.

La Ruca: esta vivienda ancestral que tiene vida propia, inhalando aire y exhalando humo, y que conecta la tierra con el wenu mapu atreves de su fuego, llevándose conversas y pensamientos en su humo para nuestros antepasados que están arriba. 

La ñaña toma la challa y vacía su contenido en el chaiwe, lo lava bien con abundante agua y lo vuelve a llevar a cocinar, “se debe cocer hasta que el trigo no se vea blanco en el corazón” dice. Lo estila en el chaiwe y aun con el trigo estando tibio lo muele y lo moldea en su kuzi (piedra ancetral) que también la acompaña en sus preparaciones.

Monta los mültrun en un rali (plato de madera) acompañándolos con trapi (preparación de ají mapuche) en su tranatrapiwe (mortero de piedra) y los presenta como alimento esencial en el centro de mesa.

Quien presenta la receta: Ramona Quimen, que acompaña esta preparación junto a un ritual ancestral, Lican-Ray.

Escrito por Miguel Catricheo, chef.